Aunque hay días que no podemos ver el vaso medio lleno, de toda situación sacamos un provecho, siempre, aunque en ese momento no lo veamos.

Para poder transitar esos momentos en los que solo vemos el vaso medio vacío nos ayudará conectar con el cuerpo ya que reconocer las sensaciones corporales y darles lugar, tiene el mismo el efecto que reconocer las emociones y darles lugar, ya que ambas están totalmente unidas.

De todas formas, forzarse a ver el vaso medio lleno es la trampa, porque no estaríamos respetando nuestro ritmo.

La cuestión es que entre ver el vaso medio lleno y verlo medio vacío se nos está pasando un detalle… el vaso siempre está lleno... ¡siempre hay una mitad de aire que llena el vaso!

Seguro que todos nos hemos sentido rechazados alguna vez y motivos para sentirnos rechazados hay muchos. No obstante, la realidad es neutra, es nuestra interpretación de la misma la que decide si es “buena o mala”.

Todo sentimiento doloroso tras sufrir un rechazo tiene un origen en la falta de autoestima, pero no es menos cierto que no valemos por lo que nos digan o reconozcan, valemos por lo que somos, sea o no sea reconocido.

¿Por qué tenemos esa necesidad de ser algo para los demás? Porque no nos han enseñado a valorarnos, así que es normal que no sepas hacerlo.

¿Cuánto te valoras tú? El resultado de lo que te valoran los demás, no es más que una proyección de lo que tú te valoras.

¿Cuántas veces has pensado: “¡ya me ha vuelto a pasar lo mismo!”? ¿Cuántas veces te ha vuelto esa emoción ante una situación “adversa”?

Hay emociones y sensaciones adversas que nos visitan desde que éramos niños y aun siendo adultos cuando vuelven las sentimos exactamente igual.

¿Podemos hacer algo para cambiarlo? SIgue leyendo y verás como sí.